El gobernador Jay Inslee propuso recientemente un presupuesto para 2019-2020 de 54.400 millones de dólares que aumenta el gasto en un 20% e incrementa los impuestos en 3.700 millones de dólares. Soy propietario de una pequeña empresa y, como muchos propietarios de pequeñas empresas, me opongo a la propuesta masiva de “impuestos y gastos” del gobernador y a las subidas de impuestos que proponen los demócratas en la Cámara de Representantes y el Senado estatales. El estado de Washington está experimentando niveles históricos de ingresos imprevistos procedentes de fuentes existentes. No hay necesidad de crear nuevos impuestos como el impuesto sobre plusvalías/ingresos y aumentar el impuesto especial sobre bienes inmuebles y el impuesto sobre actividades económicas y ocupación.
Los aumentos de impuestos propuestos por el gobernador tendrán un efecto paralizador sobre el desarrollo económico y el crecimiento de muchas pequeñas empresas y empresas familiares de todo Washington; en particular, el impuesto sobre plusvalías/ingresos y el aumento del impuesto sobre actividades económicas. Al aumentar los impuestos, las pequeñas empresas se ven aún más limitadas para realizar inversiones de capital, aumentar y desarrollar su mano de obra e invertir en sus comunidades locales.
La propuesta del gobernador crearía un impuesto del 9% sobre las plusvalías de las ganancias superiores a 25.000 $ para los particulares y a 50.000 $ para los hogares. Las ganancias de las cuentas de ahorro para la jubilación estarían exentas del nuevo impuesto. La venta de una empresa no estaría exenta según la propuesta actual. Como muchos propietarios de pequeñas empresas estarían de acuerdo, crearon, construyeron e hicieron crecer su negocio como parte esencial de su jubilación. Y un impuesto adicional del 9% (además del impuesto federal) podría ser devastador.
Muchos, entre los que me incluyo, creen que el impuesto sobre las plusvalías es una forma de impuesto sobre la renta. Según el artículo VII de la Constitución del estado de Washington, “todos los impuestos serán uniformes sobre la misma clase de bienes dentro de los límites territoriales de la autoridad que los imponga y se recaudarán únicamente para fines públicos.” Por tanto, es inconstitucional imponer un impuesto sobre la renta en el estado de Washington. Un caso del tribunal supremo estatal de 1930 también anuló la idea de crear un impuesto sobre la renta y los votantes de Washington han votado repetidamente en contra de un impuesto graduado sobre la renta.
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